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Comportamiento en Verano

Durante el día el Sol calienta el revestimiento exterior de la construccion.

La capa de aislamiento exterior, impide el pase de energía de este calor hacia la estructura de hormigón. De esta manera, el calor no se acumula en la estructura, y luego no es irradiado al interior de la construcción.

En una construcción convencional seguiríamos teniendo calor dentro de la casa a pesar de abrir las ventanas, ya que el calor acumulado en la estructura y las fachadas, se transmitiría al interior.

Con un pequeño aparato de aire acondicionado bastaría para refrigerar mínimamente la estancia del calor producido por las personas y los equipos que se encuentren en el interior.

Comportamiento en Invierno

En una construcción convencional debemos poner una fuente de calor que mantenga una temperatura confortable, como por ejemplo un sistema de calefacción.

Si usted vive en una zona de inviernos fríos, ¿se ha dado cuenta que la calefacción ha de permanecer en funcionamiento casi constantemente? ¿Cuánto gasta anualmente en electricidad, gas o gasóil para calefacción?

Seguramente conocerá el funcionamiento de un termo: introduce café caliente y al cabo de varias horas el café sigue con prácticamente la misma temperatura.

Nuestra estructura se comporta de la misma manera que el termo: si usted pone en marcha un simple calefactor, al cabo de pocos minutos obtendrá la temperatura deseada en la estancia y observará que el calefactor se para automáticamente. Ese calor se mantendrá gracias a la capa de aislamiento interior.

Dependiendo de la calidad de las ventanas y de las posibles fugas térmicas, el calefactor irá aportando las pequeñas cantidades de calor que necesite para mantener la temperatura.